Una empresa familiar es un tipo de empresa cuya propiedad la ostenta, en la medida necesaria para asegurar su control, un grupo familiar determinado.
Con frecuencia, algunos de los miembros de dicho grupo se hallan involucrados en el ámbito directivo y/o laboral de la empresa. Ésta suele ser contemplada por el grupo familiar con voluntad de permanencia o continuidad en el tiempo, a través de varias generaciones.
Normalmente este tipo de empresas adoptan la forma societaria, e incluso plurisocietaria, lo que explica que, a falta de una disciplina jurídico-positiva para un caso concreto, sus problemas específicos vengan atendidos mediante previsiones contenidas en los estatutos sociales o en pactos parasociales.
Ello está muy relacionado con el llamado protocolo familiar o acuerdo marco entre los miembros de la familia empresaria, destinado a regular entre otras cuestiones:
– las concernientes a la participación de aquéllos en la propiedad
– el gobierno y/o la gestión de la empresa familiar:
– en el trabajo que deba desarrollarse en su seno,
– en los resultado económico-empresariales,
– así como los procesos de incorporación, transmisión y salida del contexto familiar-empresarial y de sucesión generacional.