El testamento ordinario o común puede ser de tres tipos básicos: Ológrafo, abierto o cerrado.
El testador puede elegir de entre las diversas formas que la ley le ofrece, pero no puede mezclar las formalidades de unos y otros, ni elegir otra distinta de las ofrecidas.
Por otro lado, existen los que se llaman testamentos especiales, que son: el militar, el marítimo (los cuales también pueden ser abiertos o cerrados) y el hecho en país extranjero.
Por último, existen también variantes de formas ordinarias de testar en las que, en atención a las circunstancias personales del testador, se autoriza una simplificación de las formalidades comunes o se añade requisitos especiales (como el testamento otorgado en lengua extranjera, el otorgado en caso de epidemia, el testamento del ciego o sordo que no sepa leer, entre otros).
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