Mediante un contrato de alojamiento de servidores, conocido por su nombre en inglés como contrato de housing o colocation, una empresa (el proveedor) ofrece como servicio el alojamiento de un servidor (ordenador) de la propiedad del cliente, en las instalaciones de la empresa del proveedor.
La razón de ser de este tipo de contratos deriva de la necesidad que tienen las empresas de disponer de un servidor conectado permanentemente a Internet en el cual se aloja su página web, una intranet o una extranet.
Las empresas contratan este tipo de servicios a proveedores que disponen de instalaciones perfectamente equipadas con servicio de electricidad ininterrumpida y conexión de datos.
El proveedor o ISP (Internet Service Provider) alquila un espacio en sus instalaciones para que el cliente pueda alojar su servidor y además ofrece, como decíamos, el servicio de electricidad a prueba de fallos, conexión de datos, firewalls, backups, etc.
El contrato de housing o colocation no debe confundirse con el contrato de alojamiento de página web o hosting. La principal diferencia entre ambos es que en el primero el servidor es propiedad del propio cliente, y en el segundo no.
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